Todo en el Islam está basado en un equilibrio.[1] Se les pide tanto a hombres como a mujeres que actúen en el marco de este equilibrio. En el Corán, las personas que no tienen inconveniencia canónica para casarse en relaciones con el sexo opuesto se describen como namahram, y las que no son aptas para casarse se describen como mahram.[2]
En el verso, se les ordena a los hombres evitar lo que es haram (cosas y hechos prohibidos por el Islam) y proteger su castidad, mientras que se les pide a las mujeres que presten atención a su velo y protejan su castidad en presencia de personas excepto de los mahrams mencionados.[3] Se entiende que, según el Islam, incluso los ojos deben protegerse del haram; no se consideran convenientes las situaciones entre hombres y mujeres como darse la mano, abrazarse, estar solos en el mismo ambiente. Mientras el Profeta Mahoma (la paz sea con él) tomaba juramento de lealtad[4] a los devotos, tomó sus manos y aceptó la lealtad de las mujeres desde lejos. A quienes le preguntaron por esta situación, dijo esta respuesta: “No doy la mano a las mujeres (Namahram)”. [5]
Estas restricciones del Islam no significan que ‘los hombres y las mujeres nunca deben verse ni escuchar sus voces’, pero se pide preservar los límites en la relación entre hombres y mujeres para prevenir la posibilidad de una posible sedición y provocación. En cuanto al mantenimiento de la vida social prestando atención a las medidas, también hay ejemplos en la vida del Profeta Mahoma (la paz sea con él). No dejaba sin respuesta a las preguntas de las jóvenes y ancianas, y daba charlas a los grupos de mujeres.[6] Sin embargo, está prohibido que hombres y mujeres estén solos en un ambiente debido a que es posible que sean malentendidos y se dirijan a lo haram. El Profeta Mahoma (la paz sea con él) llamó la atención sobre la seriedad del tema al decir: “Cuidado, cuando un hombre está solo con una mujer desconocida, lo tercero siempre será el diablo.”[7]
Las mujeres son libres de reunirse y hablar con los hombres para necesidades normales y ordinarias como el comercio, la educación, los viajes, la vida social, después de cubrir sus partes necesarias. Sin embargo, la cercanía de hombres y mujeres en la vida social; la unión (adulterio) prohibida por Allah también crea la posibilidad de crear un comienzo para deseos y planes de mala intención. Tomando en consideración estas posibilidades, se recomienda ser cautos en las relaciones entre hombres y mujeres, y no excederse en este diálogo de la necesidad.
[1] Sura de la Vaca / verso 143.
[2] Sura de la Luz / versos 30 y 31.
[3] Sura de la Luz / versos 30 y 31.
[4] Bay’a: reconocimiento del gobierno, soberanía de alguien.
[5] Ahmed bin Hanbel, Nesâî, Ibn Mâce
[6] Imam Al-Bujari, “Ilim”, 36
[7] Al-Tirmidhi, Radâ’, 16/1171; Ahmad, I, 18, 26