Según el Islam, el amor por el profeta Mahoma (La paz sea con él) es un amor que aumentará el amor por Allah en las personas y fortalecerá su devoción por Él. El profeta Mahoma (La paz sea con él) definió el amor por sí mismo como resultado de la fe, diciendo: «La persona quien está contento con Allah como su Señor, con el Islam como su religión y con Mahoma (La paz sea con él) como su profeta ha encontrado el sabor de la fe (imán)».[1] Allah reveló el valor que le daba al profeta Mahoma (La paz sea con él) con el verso «Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos». [2] En consecuencia, aquellos que aman a Allah también deben amar lo que Él ama mucho.
«…Y quien obedece a Allah y a Su Mensajero ha triunfado con gran éxito».[3] En este verso se ordena la devoción y la obediencia a Allah y al profeta Mahoma (La paz sea con él). S.in embargo, el Islam es una religión que ordena el equilibrio en todos los asuntos. En el Corán, los musulmanes son referidos como la comunidad moderada [es decir, justa].[4] El límite mencionado se trata de ser consciente de que Allah es lo más alto, y es importante no olvidar que el profeta Mahoma (La paz sea con él) es un mensajero y un «siervo» al mismo tiempo. En consecuencia, la medida de amar al profeta Mahoma (La paz sea con él) es amarlo como sirviente y Mensajero de Allah, como un espejo que presenta a Allah y Lo refleja a los humanos, y como un maestro que le habla a la gente sobre el arte, la creación y los mandamientos de Allah; pero no atribuirle cualidades creativas, es decir, no deificarlo.
Allah calificó la obediencia al profeta Mahoma (La paz sea con él) como una razón para su propio amor y el perdón de los pecados.[5] En otro verso, se ordena hacer oración por el profeta Mahoma (La paz sea con él) y enviarle saludos con paz.»[6]
Algunos de los hadices en los que el profeta Mahoma (La paz sea con él) dijo los criterios que deben estar relacionados con el amor que se siente por él son los siguientes:
- «Quien tenga tres rasgos dentro de sí mismo gozará del placer de la fe: el que ama a Allah y a Su Mensajero más que cualquier otra cosa, el que ama a un sirviente solo por la causa de Allah, y el que considera volverse incrédulo como ser arrojado al fuego después de que Allah lo ha salvado».[7]
- «Quien revive [8] mi Sunnah, entonces me ha amado». «El que me ama estará conmigo en el paraíso».[9]
- «El avaro es aquel en cuya presencia soy mencionado [10] y no me bendice».[11]
«Di: Si amáis a Allah, seguidme, que Allah os amará y perdonará vuestras faltas. Allah es Perdonador y Compasivo».[12] Con este verso, Allah enfatizó la importancia de amar a su Mensajero en el camino hacia su propio amor.
A lo largo de la historia en las sociedades islámicas, los musulmanes que querían mostrar su amor por el profeta Mahoma (La paz sea con él) nombraron a sus bebés con nombres como Ahmed, Mahmud, Mahoma, Mustafa. Este hábito de recordar a sus hijos el profeta cada vez que los llama, continúa también hoy en día.
El amor del profeta Mahoma (La paz sea con él) también ha mostrado su efecto en las artes islámicas, tanto a través del naʽat [13] como de la ejecución de la palabra «Mahoma» en las decoraciones de las mezquitas y varios paneles con caligrafía[14].
A pesar de que el amor y la devoción por el profeta Mahoma (La paz sea con él) se mantienen a la vanguardia en el Islam, ningún grupo musulmán en ninguna parte del mundo, en ningún momento de la historia, le ha atribuido atributos divinos. El profeta Mahoma (La paz sea con él) advirtió a su ummah (Comunidad) a este respecto con las siguientes palabras: «No exageren al elogiarme como los cristianos elogiaron al hijo de María, porque soy solo un esclavo. Entonces, llámenme el Esclavo de Allah y Su Apóstol.»[15]